Antofagasta
Llegamos hasta el último de tus recovecos
Es tanto lo
que podemos contarles sobre el salitre, sobre el inicio de su producción en
Antofagasta-Chile, inclusive, de la vida y muerte de aquellos que conquistaron
a pulso este desierto, pero de las oficinas y campamentos que se encontraban
por los alrededores del longitudinal (Ferrocarril), es decir, del actual
poblado de Baquedano – comuna de Sierra Gorda - al norte, no sabemos
absolutamente nada, salvo aquello que pudo advertir el gran Clodomiro
Marticorena “Por estos parajes nada crece y nada prospera” (en lo que respecta
a la flora).
Pues bien, fue
un día martes (Dia no recomendable para casarse ni embarcarse) que nos
adentramos por aquellos parajes desolados en dirección a la Ex Oficina salitrera
Ercilla y La Rioja, espacios que están siendo explotados en la actualidad, pero
extrañamos a los muertos, es decir, a los cementerios de aquellas oficinas.
Luego
avanzamos al campamento Esmeralda, aquel campamento cuyas ruinas aun se
conservan en muy buen estado y resultan un deleite para aquel que valora la
historia y el patrimonio. En este espacio nos damos cuenta que no es la
naturaleza la que acelera la destrucción de lo que consideramos importante, es
el hombre y como en estos espacios casi no llega el sapiens-sapiens, estos
lugares se mantienen en muy buen estado.
Algorta,
llegamos ahí, a la ex oficina Astoreca y recién en este lugar tuvimos acceso al
cementerio y alguno que otro dato de relevancia, es decir: Fechas, edades, etc.
Muchos pequeños yacen en descanso eterno y han pasado hartos saqueadores de
tumbas. Dicen que esta oficina se pudo mantener intacta por el cuidado de una
sola persona, pero cuando esta persona falleció, asomaron los buitres, es
decir, de aquellos que sostienen que nada les sirve a los muertos, solo a los
vivos.
Luego viene el
Campamento Lynch y eso de campamento nos causa extrañeza, no eran salitreras,
entonces ¿Qué eran? Más adelante divisamos a la ex Oficina Los Dones y Pedro de
Valdivia, pero era momento de salir del medio del desierto y volver a casa, La
dosis de adrenalina ya estaba cubierta por el día de hoy y recuerden, estuvimos
por parajes en donde no pasa un alma, por caminos perdidos y sin vehículo de
apoyo, fue una aventura y una osadía, pero valió la pena, claro que valió la
pena.
He de brindar
los agradecimientos al gran explorador del desierto, al Sr Bichólogo Don Rodrigo
Castillo del Castillo y Castillo Tapia y a su maravilloso vehículo, al
reconocido Atila el Gris.
Para saber
más:
Las Ciudades
del Salitre
https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-7715.html
Estudio sobre
la industria salitrera de Chile.
https://revistas.uchile.cl/index.php/AICH/article/view/49939
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