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sábado, 13 de abril de 2024

LOS GORRIONES EN CHILE

Los Gorriones dan para noticias y para la farándula, aunque sostengo que, dichas plumiferas, no vienen arrancando de Mao, puesto que, ninguna de ellas se salvó con dicho personaje. Es cosa de historia.


¿Qué pasa entonces con los gorriones, avecillas tan sencillas y alejadas de bullas?

 

Más que preguntarnos sobre “el cuando llegaron los gorriones a nuestro país”, la guinda a dilucidar sería: Para qué los trajeron.

Lo que es bueno, es bueno y es el juicio más justo que podemos emitir sobre este escrito del Sr. Rodrigo Castillo del Castillo y Castillo Tapia (Sr. Bichólogo) quién dice de manera seria y textual: Reiteramos lo de serio.

Después de una inesperada investigación sobre el arribo de los gorriones a nuestro país, he concluido lo siguiente:

a) No fueron introducidos ex profeso por alguien, que se sepa.

b) No se trajeron para combatir plagas en nuestro país, como yo entendía.

c) Que hayan llegado desde la Argentina, como pasó con los Mirlos.


Lo más probable.

Habiendo sido introducido como ave insectívora, para el control de plagas agrícolas, a EEUU en 1850, a Australia en 1862 (desde la India) y a Nueva Zelanda en 1876, se introdujeron también en Argentina sin que se tenga claro el para qué. Si bien hay dos versiones diferentes sobre quién lo hizo, las que no son antagónicas y por ende puede ser que fuesen ambas, ninguna de ellas precisa la intención. Se sabe que en 1871 el presidente Argentino José Faustino Sarmiento (El traidor Sarmiento para algunos) realizó una suelta de gorriones en Buenos Aires (importados de EEUU y vaya a saber con qué ignorantes intenciones). Y se dice que un señor alemán, Emilio Bieckert, trajo estas aves al país junto con su maquinaria para la producción de cerveza, pero que, al ser detenido por las autoridades de zoonosis, y gravado con fuertes costos por ello, procedió a soltarlos en el mismo puerto. Para mí, no hay comparación entre una suelta y la otra, el alemán no puede haber traído más de tres o cuatro parejas, y me parece dudoso incluso, salvo que lo hiciese por algún motivo sentimental. Para 1920, ya se citaba al gorrión como presente en Paraguay, proveniente de la Argentina “importado por simpatizantes”. Es decir, personas que veían en él una ayuda en los cultivos, desdeñando considerar lo que ya se conocía a esa fecha: que es un ave muy perjudicial.

El primer registro de gorriones en Chile proviene de 1904, cuando fueron observados en Santiago en la escuela Talleres San Vicente de Paul, donde además (como se usaba en la época) se realizaban cultivos agrícolas para el mantenimiento de los estudiantes y venta de los excedentes. Dado que los religiosos en esos tiempos eran de origen europeo, les habrá sido fácil e inmediato identificar a los gorriones. Para 1917 ya se observaban ejemplares en Curicó. No encontré otra fuente donde se indique una presencia anterior.

Discrepo del Señor Rafael Barros, quien en su publicación “Aclimatación del gorrión en Chile”, de 1917, sugiere que serían ejemplares escapados de alguna jaula. Habiendo llegado a Argentina 30 años antes, es más probable que para esa fecha ya cruzaran la cordillera. Hay que recordar que el gorrión no es un ave que se mantenga bien en cautiverio, ni tiene ninguna característica que impulse a alguien a mantenerlos, ya que no es atractivo, no tiene un canto agradable ni tampoco se come, por lo que difícilmente podría alguien importarlos para tenerlos en su casa. Siempre cabe la posibilidad de que, como en el caso paraguayo, algún terrateniente haya considerado buena idea traerlo de Argentina, pero nada se sabe al respecto.

Imagen Compartida por la señorita Evelyn Castro

Como he podido observar muchas veces en mi vida, y se corrobora con lo que indica R. Philippi en la Revista Chilena de Historia Natural N°14, de 1954 (“Sobre costumbres predatorias del Gorrión común”), esta ave es una especie nefasta en cualquier medio en que se establezca, no sólo por la competencia que ejerce sobre otras aves insectívoras y granívoras (es un ave omnívora) sino porque las ataca directamente, destruyendo sus nidos y sus huevos. Conducta citada por Philippi sobre Chincoles y Diucas, pero en especial con las golondrinas, a las que impide anidar o, si ya lo han hecho, les mata las crías.

Es en realidad afortunado que el número de gorriones vaya en franca disminución últimamente. Eso ha redundado en que aparecieran en la ciudad los Chincoles, por ejemplo, que en los últimos 40 años no se habían visto, e incluso algunas otras avecillas menores, como Tijerales y Golondrinas. La tesis, que algunos iluminados sostienen, de que los gorriones se estarían muriendo por efecto de las redes de teléfonos celulares, o por ser muy sensibles a la contaminación presente en las ciudades, se desdice precisamente por la presencia de estas otras aves, de carácter silvestre y que por ende deberían ser más frágiles antes estos efectos, que esta avecilla conocida -precisamente- por ser antropocéntrica y citadina, como es el gorrión.


Para la discusión:

Nuestra observación: Los volantones salen del nido (por iniciativa o instinto) o son expulsados por los padres (la madre) con la finalidad de iniciar su independencia (bajo la atenta tutela de los padres en los primeros días) más, siendo un ave mayoritariamente citadina y compartiendo el hábitat con otro animal que se ha vuelto una plaga en las ciudades, los gatos, es evidente que muchas de las crías caen bajo las garras de los felinos y esto ha provocado su drástica disminución.

 

De nuestra consideración

 

Nuestras sinceras disculpas si no incluimos, en este escrito, al Gorrión de Conchalí (Q.E.P.D) quién, a pesar de su fama (Bien merecida) no guarda relación con el tema.



Para saber algo más.

 

Una breve historia de Gorriones

https://caminantesdeldesierto.blogspot.com/p/una-breve-historia-de-gorriones.html


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