¿Te dan miedo las arañas o definitivamente es fobia contra éstas?
La idea no es extendernos y menos aún adentrarnos en un campo
que no es el nuestro, ¿pero podemos afirmar que miedo y fobia es lo mismo?
Aseveran los expertos. El miedo es aprendido, a veces viene
por malas experiencias. Mientras que la fobia es el miedo persistente por un
objeto o una idea y que es generalmente sin justificación. El miedo puede ser
controlado por la persona de alguna manera. La fobia no puede ser manejada de
forma racional. La persona siente que es superior a ella.
Según los investigadores, las arañas han sido un peligro que
ha persistido durante todo el período evolutivo, para el que los humanos están
siempre alertas, a pesar de no estar prestando atención. Después de todo,
nuestros antepasados han coexistido siempre con estos bichos de ocho patas, por
lo tanto, estar alerta ante la picadura venenosa y potencialmente mortal de una
araña era vital.
Hemos querido exponer esto, como una suerte de introducción
al tema de las arañas de nuestra región, porque -habitualmente- nuestra primera
reacción ante cualquier araña que veamos, es la de matarla, sin que existan
razones que lo justifiquen. Las arañas son animales beneficiosos para el ser
humano, que cumplen un importante rol en los ecosistemas, incluyendo -y quizá
con mayor razón- las zonas urbanas.
Las Arañas de Antofagasta-Chile.
Introducción:
Las arañas ocupan el sexto o séptimo lugar de órdenes de
animales en términos de diversidad (Coddington & Levi 1991), con alrededor
de 38.000 especies válidamente descritas en 3.607 géneros y 110 familias y cuyo
número real podría alcanzar la cifra de 170.000 especies (Platnick 1989, 2005).
La aracnofauna de Norteamérica, oeste de Europa y Japón son las mejores
estudiadas, pero de Australia y las zonas templadas del sur aún son pobremente
conocidas, especialmente las arañas de las regiones tropicales (Coddington
& Levi op. cit.). El estudio de las arañas chilenas ha tenido una larga
trayectoria, pero no ha sido lo suficientemente continua como para tener un
conocimiento acabado de los taxones presentes en el país, siendo un grupo
parcialmente estudiado.
Como depredadoras, las arañas suelen ocupar una posición fundamental
en las cadenas tróficas. Desempeñan un papel importantísimo como depredadores:
son las mayores consumidoras de insectos del planeta y contribuyen
decisivamente a controlar su número. Se encuentran en todos los climas, incluso
los fríos, poco favorables para los animales poiquilotermos, y se cuentan entre
los seres vivos registrados a mayor altitud. Abundan por igual en ambientes
secos y húmedos y algunas llevan inclusive una existencia acuática. Las arañas
son consideradas por lo tanto de mucha importancia en el equilibrio ecológico
de poblaciones de invertebrados y por constituir elementos comunes dentro de
ellas (Flórez 1999). Además, son uno de los grupos entomófagos más abundantes
en la naturaleza (Moulder & Reichle 1972, Nyffeler et al. 1994).
Latrodectus sp.
Tienen glándulas venenosas en los quelíceros, con las que
paralizan a sus presas. Producen seda con la que tejen sus telas de araña (o
telarañas), que usan para construir redes de caza, tapizar refugios e incluso
hacerse llevar por el viento. Hasta la fecha se han descrito más de 46 500
especies de arañas, y 110 familias han sido recogidas por los taxónomos; sin
embargo, sigue habiendo confusión dentro de la comunidad científica, como
demuestran las aproximadamente 20 clasificaciones que se han propuesto desde
1900. Sólo algunos grupos son realmente peligrosos para los seres humanos.
Las arañas son depredadoras. Se alimentan de presas
singulares que capturan activamente. Algunas producen una red (telaraña) en la
cual las presas caen por accidente, enredándose y pegándose en ella. En ese
caso la araña, que permanece al acecho con las patas extendidas sobre la red,
capta las vibraciones y se acerca a su presa. Otras arañas cazan al acecho, en
el suelo o sobre la vegetación, detectando a sus presas por las vibraciones del
sustrato o con sus ojos, como hacen los licósidos y los saltícidos. Las arañas
no despedazan y tragan a sus presas, como hacen, por ejemplo, sus parientes los
solífugos, sino que les inyectan veneno con sus quelíceros mientras las sujetan
con sus patas y sus pedipalpos. Una vez paralizadas por el veneno les inyectan
jugos digestivos, que producen una digestión externa del animal dentro de sus
propios tegumentos, sorbiendo a continuación la papilla resultante. Por eso se
observa a las arañas permanecer quietas durante largo rato, mientras sujetan su
presa inmóvil.
Araña Metepeira galatheae (Thorell)
Las arañas tienen muchos depredadores en el ecosistema, tales
como distintas especies de aves, mamíferos, sapos, lagartos y otros artrópodos
depredadores como las avispas rojas, ciempiés, escorpiones, mantis y solífugos.
Cuando se sienten amenazadas, levantan sus dos patas delanteras y sus
quelíceros. Cuando la amenaza se acerca, la araña muerde a su enemigo con sus
quelíceros utilizando el veneno más potente, ya que el veneno de la araña se
compone por dos partes, una para poder paralizar a las presas de las cuales se
alimentan, y la otra contra sus amenazas solo como defensa. Otros mecanismos
defensivos son las telarañas y refugios que construyen como defensa y para
poder capturar a sus presas.
Siendo cazadoras solitarias, tienden a considerar como presa
a cualquier cosa que se mueva y tenga el tamaño apropiado. Los machos,
generalmente más pequeños que las hembras, buscan a éstas activamente,
cortejándolas con “danzas” elaboradas en las que el movimiento rítmico de los
pedipalpos puede jugar un importante papel, en un intento por no ser devorados
por las hembras. El ritual puede incluir el obsequio por el macho a la hembra
de una presa envuelta en seda, lo que en algunas especies ha evolucionado hasta
ser sólo un señuelo, la bolsa de seda, desprovisto de contenido. Cuando
consigue la aproximación, el macho introduce un espermatóforo en las vías
sexuales de la hembra usando sus pedipalpos, que actúan como órganos
copuladores. A pesar de la ritualización, es común que después de la cópula la
hembra devore al macho.
Thomisidae.
Araña cangrejo
Las arañas son artrópodos con metamorfosis simple, es decir,
pasan por ecdisis (mudas) sucesivas, y las arañas jóvenes se distinguen de las
adultas únicamente por su menor tamaño y por ser sexualmente inmaduras.
Todas las arañas, salvo las de la familia Uloboridae, son
venenosas. En general son más venenosas las arañas que cazan activamente que
las que capturan sus presas al acecho o por medio de una red. El producto que
inyectan los quelíceros tiende a satisfacer dos propósitos: primero, la
digestión externa de la presa, para que la araña absorba la papilla resultante;
segundo, la inmovilización de las presas. Además, algunas arañas migalomorfas
(tarántulas) portan haces (pelos) urticantes, que producen irritación cuando se
tocan y pueden dañar severamente áreas delicadas, como los ojos.
En nuestro norte hay dos grupos de arañas cuyo veneno es
menos potente con respecto a otras especies de otras latitudes, pero que por
ser más comunes originan más casos de envenenamiento. Se trata de las viudas
negras, del género Latrodectus, y de las “arañas pardas” o ”de rincón”, del
género Loxosceles.
Loxosceles sp.
El latrodectismo es la intoxicación por veneno de viudas
negras, especies del género cosmopolita Latrodectus (familia Theridiidae), cuya
especie más notable es Latrodectus mactans (no presente en Chile). Las arañas
de este género se encuentran en rincones oscuros de todas las latitudes. Las
hembras, más grandes que los machos y más venenosas, devoran a éstos durante el
apareamiento. No son agresivas, sino que huyen ante el menor peligro, lo que
hace la mordedura muy circunstancial. Existen antídotos eficaces contra esta
mordedura. El principio activo del veneno que produce los efectos graves es un
neurotóxico llamado α-latrotoxina. Los efectos locales aparecen al cabo de un
rato en forma de dolor y se prolongan de 3 a 7 días, pero sólo en un tercio de
los casos llega a haber efectos sistémicos (que afecten al conjunto del
organismo) y las muertes son muy esporádicas.
Latrodectus sp.
El Loxoscelismo es la intoxicación por veneno de “arañas de
rincón”, de la familia Loxosceles, de las que existen muchas especies, pero en
nuestras ciudades se encuentra sólo una, la Loxosceles laeta. Estas arañas
tejen redes desordenadas en rincones, también dentro de las casas. Son más
activas durante la noche y nada agresivas, produciéndose los casos de
mordeduras a personas por accidente, sobre todo cuando se encuentran atrapadas
entre las ropas de cama o los vestidos. El veneno de Loxosceles es
proteolítico, y produce una necrosis local que puede extenderse y tarda en
cicatrizar. Sólo se producen efectos sistémicos de manera muy excepcional y las
muertes confirmadas son raras, aunque no existen antídotos totalmente eficaces.
Mientras que la mayoría de las picaduras de arañas son
dolorosas, pero sin consecuencias perjudiciales, la picadura por la araña de
rincón (especies de Loxosceles), presente en toda nuestra región, puede poner en
peligro la vida. Por lo cual resulta necesario e importante identificar el tipo
de araña que ha producido la picadura e, idealmente, capturarla.
No existen estudios sobre la fauna aracnológica del norte
chileno, si bien hay una publicación que señala las especies hasta ahora
conocidas en el extremo norte, considerándose como tal las regiones de
Arica-Parinacota e Iquique (Taucare-Ríos - Sielfeld, 2013; Taucare, 2014). En
Antofagasta, hasta ahora, sólo se han identificado algunas especies, sin que se
haya publicado todavía un listado de lo que se conoce. En una lista preliminar, realizada con el
concurso de Caminantes del Desierto, se han consignado 20 familias, con 41
especies, entre las que se cuentan algunas que se suponía presentes sólo en el
sur del país, así como otras invasoras, que han tenido severo impacto en
nuestro medio. Hay un gran desconocimiento de nuestra aracnofauna, tanto por la
falta de recursos para realizar investigaciones, como por la escasez de
especialistas que las realicen.
Dentro de las especies con que convivimos a diario, en
nuestras casas, y que podemos ver con más frecuencia, podemos nombrar la ya
dicha Loxosceles laeta (araña de rincón), Scytodes univittata (araña tigre),
Ariadna máxima (araña tubo), Steatoda grossa (falsa viuda), Menemerus
semilimbatus (araña saltarina) y Frigga crocuta (araña saltarina). En algunas
zonas de la ciudad se pueden ver también las llamativas Argiope argentata,
araña que, siendo totalmente inofensiva, generalmente es eliminada por la gente
donde las encuentra, debido a que impresiona, no sólo por su tamaño, sino
también por las grandes telas que fabrica en plantas y arbustos.
Argiope
argentata (Fabricius)
Ten Presente.
- Las arañas no son insectos. Los insectos tienen 6 patas, los
arácnidos tienen 8.
- Los insectos tienen dividido su cuerpo en 3 partes. Cabeza,
tórax, abdomen. Los arácnidos tienen dividido su cuerpo en dos partes. Una
parte formada por la cabeza unida al tórax (Cefalotórax) y otra formada por el
abdomen.
- Todos los insectos poseen antenas. Los arácnidos no.
- Ningún arácnido tiene alas, aunque muchos insectos si (No
todos)
- También son parte de los arácnidos las garrapatas, los
ácaros, los escorpiones.
Referencias:
Species
composition and abundance of solpugids (Arachnida: Solifugae) in ecotopes of
the transitional coastal desert of Chile.
Taucare-Ríos,
Andrés O.; Sielfeld,Walter. Arañas (Arachnida : Araneae) del extremo norte de Chile.
GUIA DIDACTICA DE ARAÑAS Autoras: Melina Soledad Almada Celeste Medrano.
ARAÑAS CHILENAS: ESTADO ACTUAL DEL CONOCIMIENTO Y CLAVE PARA
LAS FAMILIAS DE ARANEOMORPHAE.
Steatoda sp.
Thomisidae. Araña cangrejo
Thomisidae. Araña cangrejo
Kukulkania
cf. brevipes
Sicarius
terrosus
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